jueves, 20 de septiembre de 2012

Las vallas para jardín, un elemento decorativo exterior esencial


La actividad de la jardinería no solo implica el cuidado de los ejemplares vegetales que lo componen. Hay muchos elementos que entran en juego a la hora de conseguir sacarle el máximo partido a nuestros espacios exteriores, algunos con una función meramente decorativa y otros, como las vallas para jardín, que además de su valor ornamental contribuyen al aislamiento o la limitación de diferentes zonas.

Existen vallas para jardín de muy diferentes tipos y materiales, pero todas tienen en común su fácil instalación. Una de sus ventajas frente a los setos o cercados naturales es que no es necesario esperar al crecimiento de las plantas para disfrutar de su funcionalidad total. También resultan mucho más económicas que estos, ocupan menos espacio y su mantenimiento es mucho más simple.

El mercado de las vallas para jardín ha experimentado un fuerte desarrollo en los últimos tiempos. Ahora existen modelos de vallas al gusto de todos los consumidores, desde el de gustos más tradicionales hasta el más original y vanguardista. Entre los materiales con los que están fabricadas destaca el plástico que son de menor altura, ideales para limitar áreas pequeñas; las de hierro, muy costosas pero las más resistentes, o de aluminio, un término medio entre las dos anteriores. 

Aunque, sin duda, las vallas para jardín más demandadas son las de madera. Aúnan lo mejor de las ya citadas: son baratas y duraderas, se instalan sin problema y, sobre todo, su valor ornamental es indiscutible, por lo que son el perfecto aliado para mejorar la estética de nuestro jardín. 

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